Llegó a mis manos hace poco el libro La estrategia de Nutresa, una joya de la estrategia y el liderazgo empresarial en la que Carlos Enrique Piedrahíta, ex-CEO de Nutresa, narra con lujo detalles el camino seguido para la expansión internacional y convertirse en un grupo empresarial alimentario con 50 marcas en 75 países. En los primeros 20 años del siglo XXI creció más de 12 veces y alcanzó un valor superior a los 8 mil millones de dólares.

Nadie puede predecir el futuro, nadie tiene la receta para crecer y sostenerse en el tiempo, pero podemos aprender de casos como este y otros que tuvieron éxito navegando contra la corriente del proteccionismo, la corrupción, la informalidad, el costo país, la burocracia del Estado, el estado de la infraestructura del país, la inseguridad, a la par que competían con gigantes del mundo. Bien afirmó Piedrahíta, creer en nuestros mercados es como pretender “escalar la torre de un castillo mientras caen flechas desde arriba y los cocodrilos acechan abajo”.

‘Turnaround management’

Algunas reflexiones valiosas: primero, la convicción para superar el discurso apocalíptico ante el panorama sombrío que se vivía en los 90 y principios de siglo en Colombia, dejando la inercia de hacer lo mismo para enfocarse ambiciosamente en abrir nuevos mercados, reinventarse y transformarse.

Bien común

Segundo, apartarse del sesgo cortoplacista desarrollando un plan estratégico de internacionalización y acordando metas no negociables que comprometan acciones colectivas, decisiones y hábitos del día a día.

Estas empresas entendieron que el mercado del mundo está ahí para ir por él más allá de las dificultades locales...


Tercero, desarrollar una cultura de innovación de productos, procesos y negocios para enfrentar los diferentes obstáculos que se van presentando al internacionalizarse; desarrollando prácticas ejemplares, dando a sus empleados la libertad de cuestionar lo que está mal y proponer qué hacer.

Cuarto, entendiendo que el mayor valor se crea en la distribución y el mercado, en la descomoditización, creación de marcas que hagan parte de la vida de los consumidores.

Quinto, siendo persistentes, disciplinados en cumplir metas y compromisos. Teniendo resiliencia para aprender de los errores y capacidad de reacción para corregir el rumbo. Y, sobre todo, talento gerencial que haga que pasen las cosas.

Observamos a muchas empresas que cuando el mercado crece, la marea sube y la corriente es favorable tienen éxito, pero cuando la marea baja y la corriente es desfavorable se contraen o pierden dinero. Tienen años excelentes y luego años pésimos y viceversa. En cambio, hay un club de empresas que siempre crecen y ganan dinero pase lo que pase. En este club están las Multilatinas, empresas que salieron al mundo, exportaron, hicieron alianzas internacionales que consolidaron en el tiempo, crearon sus propias redes de distribución, mejoraron su productividad, crearon o adquirieron marcas, crearon sus plataformas productivas competitivas en distintos países y se gestionaron con mentalidad y estándares internacionales, llegando a convertirse en líderes. Estas empresas entendieron que el mercado del mundo está ahí para ir por él más allá de las dificultades locales, que no hay que tener miedo en emprender el viaje. (O)