En estos días, antes del carnaval, los comentarios y análisis hablan de inestabilidad, del famoso ‘carnavalazo’ que se asocia con un golpe de Estado en estas épocas de vacaciones.

Hace pocas semanas, Fidel Jaramillo publicó un análisis económico hecho por inteligencia artificial (IA), para demostrar el alcance de esa herramienta.

Le preguntamos entonces a la IA sobre golpismo y sobre el Ecuador y nos respondió muchas cosas. He escogido algunos párrafos:

En los últimos 50 años, Ecuador ha experimentado varios golpes de Estado y periodos de inestabilidad política. A continuación, se presentan algunos de los eventos más significativos.

El término ‘golpismo’ se refiere a la idea de tomar el poder de un gobierno de manera ilegal o no democrática. En el caso del gobierno de Rafael Correa en Ecuador ha habido acusaciones de golpismo tanto en contra como a favor de su gobierno.

Durante su gobierno, Correa enfrentó varias manifestaciones y protestas en su contra, particularmente de grupos de oposición y de la sociedad civil que lo acusaban de autoritarismo y de limitar las libertades civiles y políticas en el país. En algunos casos, estas protestas escalaron en violencia y caos, lo que llevó a la suspensión temporal del gobierno y a la implementación de medidas de seguridad más severas.

Guillermo Lasso asumió la Presidencia de Ecuador en mayo de 2021, por lo que su gobierno es relativamente nuevo.

Sin embargo, el gobierno de Lasso ha enfrentado críticas y desafíos significativos, especialmente en relación con la economía del país y la pandemia de COVID-19. Algunos grupos han llevado a cabo manifestaciones y huelgas para protestar contra políticas específicas del Gobierno, como los recortes presupuestarios y los cambios en las regulaciones laborales.

En resumen, Ecuador ha experimentado varios periodos de inestabilidad política en las últimas décadas, incluyendo golpes de Estado y crisis políticas. A pesar de esto, el país ha logrado mantener una democracia estable durante la mayor parte de este tiempo, con elecciones libres y justas que han permitido la alternancia pacífica en el poder”.

La IA nos conoce muy bien. Es objetiva. No tiene pasiones, ni sentimientos, ni preferencias políticas. Sencillamente recoge de un gran universo de información aquello que cree más acertado y lo hace disponible a nosotros.

Mientras esa es la velocidad a la cual el mundo avanza, nosotros seguimos hablando de ‘carnavalazo’, de que el gobierno se cae. Los actores políticos siguen en enfrentamientos verbales y en peleas. Y la IA sigue caminando, dejándonos atrás, como estamos atrás en muchísimas otras cosas. Nada de la discusión de los últimos días tiene que ver con la solución concreta, o el diálogo para encontrarla, de los grandes y acuciantes problemas del país. Eso no cuenta. Solo el enfrentamiento.

La IA nos dice que somos un país inestable, y he tenido miedo de preguntarle si somos un país viable.

Ojalá que estos días nos permitan meditar en nuestro destino, en la necesidad de una nación cohesionada, y no seguir en el laberinto de la inestabilidad, el odio político y la intrascendencia. (O)