El “sentido común” es, como indican sus palabras, el “sentir” “común a todos”. Quizás el sentido común dejó de serlo, precisamente cuando ese “sentir” dejó de ser “común”; cuando dejó de ser evidente que atentar contra la propiedad ajena y el respeto por las normas éticas y morales eran algo reprobable.

El sentido común en el Ecuador dejó de serlo cuando los ciudadanos exigen al Gobierno una vacunación masiva contra el COVID-19, y cuando se la obtiene hay unos cuantos que se oponen a ser vacunados afectando al común de los ecuatorianos que quiere que se controle la pandemia. El sentido común dejó de serlo cuando un minúsculo grupo de moradores en Montecristi, manipulados por políticos sin conciencia nacional, se oponen a la instalación de un radar que evite el uso del espacio aéreo por parte del narcotráfico y con ello contribuir con la seguridad nacional. El sentido común dejó de serlo cuando un grupo de personas privadas de la libertad hacen temblar a los gobiernos y estos no toman decisiones firmes para erradicar este mal. El sentido común dejó de serlo cuando hay tanta muerte por sicariatos, cuando vivimos una inseguridad ciudadana a nivel nacional, lavado de dinero que se observa a simple vista, y organizaciones transnacionales del narcotráfico que ya están penetrando en las estructuras del Estado. El sentido común dejó de serlo cuando vemos a un asambleísta que demuestra con fundamentos cómo muchos pseudopolíticos de la década perdida a través de un estructura organizacional integrada por muchas instituciones del Estado, se llevaron las arcas del Estado, dejándonos en una profunda crisis económica de la que será muy difícil salir en un corto y mediano plazo, pero un grupo de asambleístas que fungen de representarnos, lo descalifican para proteger a sus coidearios. ¿Dónde está el sentido común cuando una mafia penetró en los últimos 14 años en las instituciones de la salud del país para beneficio de un grupo delincuencial ,que ha dejado al común de los ecuatorianos totalmente desprotegidos de este servicio vital, como es la conservación de su salud? ¡Y qué decir del moribundo sistema de seguridad social!

Preguntémonos ¿por qué el Ecuador ha llegado a este nivel de corrupción, dónde quedó la integridad y honestidad, por qué su gente ha perdido los valores éticos y morales, por qué somos un país completamente indisciplinado? y llegaremos a la conclusión de que estamos perdiendo cada día el sentido común. Hoy en día la formación en valores y virtudes es fundamental para fortalecer el sentido común y poder implantar un liderazgo basado en valores en cada una de las instituciones públicas y privadas y de manera muy especial en las entidades del Estado y educativas, como la única manera de salir del grado de descomposición moral en que nos encontramos.

Mi llamado a usted, señor presidente ,como un ciudadano que ama a su patria y que desea mejores días para el Ecuador, ordene generar un plan prioritario a nivel nacional orientado al fortalecimiento de valores y un plan que permita extirpar de las instituciones del Estado a gente socialista del siglo XXI que aún sigue manipulando desde el interior de las instituciones, con el propósito de desgastar la imagen de su gobierno e impedir el logro de los objetivos planteados por usted y que van en beneficio de los ciudadanos que estamos desesperados por la falta de trabajo y de oportunidades para sostener a nuestras familias. (O)