En la crisis carcelaria de los enfrentamientos entre bandas criminales, las matanzas en el interior de las cárceles fueron la ocasión para que Anderson Boscán denigrara a las Fuerzas Armadas, las cuales, por disposición de la Corte Constitucional, no podían ingresar a los recintos penitenciarios. Boscán se permitió emitir los más grotescos agravios, como decir que “los militares preferían estar jugando volley y tomándose fotos al exterior de las cárceles, en lugar de ingresar a las mismas”, entre otros denuestos. De parte de los militares en servicio pasivo, ante tan lesivas opiniones, se publicó un manifiesto con el respaldo de más de 300 firmas rechazando dichas vejaciones; sin embargo, no pasó nada.

En junio del año pasado, la prensa informó sobre las ilícitas actividades “financieras” del cabo del Ejército Miguel Ángel Nazareno, conocido como Don Naza, promotor de la plataforma de captación ilegal de dinero Big Money, los medios de todo el país cubrieron al detalle sus andanzas. No se conoce qué acciones tomaron las autoridades de la Unidad Militar de la cual formaba parte, lo que se conoce es que el cabo Nazareno pidió la baja. Pese a los escándalos, incluso hechos de sangre, las autoridades civiles pasaron por alto este hecho y Don Naza desapareció.

En días pasados, Nazareno apareció de repente en el parqueadero del Ministerio de Defensa, supuestamente sin que nadie se percatara. Una llamada al ECU911 permitió que fueran capturados varios de sus acompañantes, dinero en efectivo y un arma de fuego, Don Naza se escapó misteriosamente.

Sobre la inesperada presencia y “gran escape” de Don Naza, la prensa hizo un gran despliegue publicitario, todos los medios le dedicaron sendas publicaciones; una gran tormenta cayó sobre las Fuerzas Armadas, rayos y centellas sobre el ministro de Defensa.

Pese a no tener ninguna orden de captura, la presencia de Don Naza en los predios del Ministerio de Defensa movilizó a la prensa, sobre todo a las redes sociales, noticia que rivalizó con los escándalos políticos, especialmente de la Asamblea.

Anderson Boscán, el venezolano afincado en el Ecuador que funge de periodista, frecuentemente usa como escudo protector esa condición para emitir comentarios abusivos. Boscán cree que tiene la libertad para referirse a personas o instituciones como le viene en gana. Al no haber nadie que lo denuncie, sigue convirtiendo en una inmundicia sus comentarios.

Boscán, aprovechando la presencia y evasión de Don Naza, no se limitó a criticar solo a las Fuerzas Armadas, sino que, además, profirió los peores denuestos que hayan recibido jamás los militares ecuatorianos: “Las Fuerzas Armadas están podridas y billeteadas”, los militares son “vagos, ineptos y cómplices de la corrupción”.

Frente a estos hechos, las autoridades militares tienen la obligación de revisar lo que está ocurriendo dentro de las Fuerzas Armadas, parece que aún quedan resabios de los actos de indisciplina secundados por el correísmo, se deberá sancionar con rigor a los responsables de este penoso asunto. Así como también, denunciar ante las autoridades de justicia los graves, temerarios e injustos denuestos proferidos por Anderson Boscán. (O)