En una entrevista, hace pocos días, en el programa Vera a su manera, le pregunté al canciller Juan Carlos Holguín sobre el estado del trámite ante la Convemar de nuestra solicitud de extensión de nuestra plataforma continental más allá de las 200 millas marítimas de nuestra Zona Económica Exclusiva; después de nuestra adhesión al tratado de la Convemar, en septiembre de 2012, tuvimos el plazo de 10 años para justificar nuestro derecho, plazo que se venció en septiembre último; el canciller informó que ha pedido una ampliación de dicho plazo; entiendo que esa solicitud fue dirigida al Secretario General de la ONU. En ella se habrá dado información preliminar contentiva de los planes de trabajo; eso es lo que el país debe conocer. Esto es tanto más necesario, después de que el Gobierno, por medio del ministro de Defensa anterior, anunció que no haría uso de la partida presupuestaria existente en ese entonces para la adquisición de un buque oceanográfico con el cual la fuerza naval, específicamente el Inocar, efectuaría dichos trabajos. El Gobierno consideró, en ese entonces, que había gastos más urgentes que la adquisición del buque con el que se debía efectuar tales tareas científicas, técnicas. Al no hacer dicha adquisición, el Gobierno necesitaría alquilar un barco oceanográfico para realizar esa tarea esencial. Con compra o alquiler se debe probar la voluntad del Gobierno de cumplir su cometido.

Sin un barco oceanográfico es imposible hacer el reconocimiento de las cordilleras submarinas y presentar un estudio profundo, aceptable para la Comisión de Límites de la Plataforma Continental. Mientras la Convemar no acepte la extensión de nuestra plataforma marítima, el Ecuador no podrá realizar trabajos de exploración para determinar la existencia de riquezas existentes en ella, con miras a su eventual explotación. Grave responsabilidad del Gobierno en la determinación de la extensión del territorio marítimo ecuatoriano y su incorporación al patrimonio nacional.

Como manifestamos en Vera a su manera, y en otras entrevistas, debemos congratularnos de la celebración de un Tratado de Libre Comercio con la China, que es nuestro más importante mercado para nuestras exportaciones no petroleras. Suponemos que se habrán eliminado esas leoninas condiciones que obligaban a garantizar con nuestro petróleo las operaciones de crédito, a las que el presidente calificó de lesivas. No hemos tenido, hasta aquí, la misma suerte con la visa Schengen para el ingreso temporal de ecuatorianos a Europa; tampoco en la celebración de un Tratado de Libre Comercio con México, lo que nos impide ingresar a la Alianza para el Pacífico.

Nos ha sacudido estos días el atentado contra la democracia en Brasil por parte de los partidarios del expresidente Jair Bolsonaro, en un gesto parecido al que tuvo lugar en Estados Unidos contra el Capitolio por parte de los partidarios del candidato-presidente, también perdedor, Donald Trump. Las democracias siguen en peligro, como lo describe y analiza Grace Jaramillo en un libro sobre los desafíos a la democracia en los Andes. (O)