Alguien, con razón, podría sostener que la alabanza a lo propio resulta inapropiada por su falta de decoro y hasta de prudencia, al expresar sentimientos y criterios que por su naturaleza misma no pueden ser sino de amor, adhesión e identificación. Es un desafío encontrar personas que rechacen lo que es de ellos, a lo cual pertenecen y de lo que forman parte, y que intenten ver y describir a su terruño con objetividad lógica y espíritu crítico. Por el contrario, es normal y por eso sano que las personas potencien el sentido de pertenencia con el lugar del planeta en el cual nacieron, sin que importen en realidad las características físicas o culturales del mismo, que siempre serán para el nativo especiales y hermosas, porque forman parte de su casa natural y cultural.

Estos son los cinco lugares de Cuenca que más visitan los turistas

El aire que se respira, el paisaje, las formas de ser históricas y culturales de cada lugar son para todo ser humano únicos e irreemplazables. Por eso, para mí, escribir sobre Cuenca, ciudad en la que nací y de la que formo parte, significa un momento emotivo que me exige contención, recato y también me conmina a reconocer la belleza de su arquitectura tradicional y contemporánea, las bondades de su medioambiente marcado por la abundancia de agua que corre por sus conocidos cuatro ríos que atraviesan la urbe y la dibujan en su paisaje y en su espíritu; o, las características positivas de sus habitantes definidas por el emprendimiento, visión de futuro y tenacidad para alcanzar sus objetivos.

La cultura local refleja la rica y espléndida riqueza producto del mestizaje de lo hispano con lo indígena...

Cuenca es una ciudad hermosa, acá entre nosotros y en cualquier lugar del planeta. Su belleza arquitectónica es complementada por su reconocida calidad de vida que proviene de la prestación de servicios del más alto nivel. El sistema público de transporte es eficiente y moderno. El tratamiento de los residuos de hogares y empresas está bien gestionado. La movilidad alternativa ha sido abordada por las autoridades de muy buena manera porque contamos con una extensa red de vías especializadas que se encuentran en toda la ciudad para el desplazamiento de la gente en bicicleta y a pie. La cultura local refleja la rica y espléndida riqueza producto del mestizaje de lo hispano con lo indígena y también de los aportes de nuevos grupos que provienen de muchos lugares del mundo que han escogido a esta ciudad para estar, vivir y convivir.

Las cinco empresas que destacan en Cuenca por generar empleo y dinamizar la economía de la ciudad

Por eso y también por lo que me guardo, en el vano intento de ser ecuánime frente a mi ciudad que celebra hoy doscientos dos años de independencia política, escribo esta columna como una forma de homenaje personalísimo a la Cuenca del Ecuador, así tal cual, porque nosotros los cuencanos sabemos que el país entero también se enorgullece de ella y la siente como suya y propia y por eso la visitan, admiran, elogian y cuidan en clara demostración de reconocimiento a lo forjado históricamente por sus habitantes, que nunca dependieron de los otros y sí se exigieron a sí mismos para hacer de esta ciudad la fascinante, cultural y bella Cuenca actual, también de los Andes, por ser patrimonio de estos lares e igualmente de la humanidad, porque así fue declarada por las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco). (O)