Seguramente el dolor le embarga por la muerte de 12 compatriotas suyos, entre ellos dos niños, por los cohetes lanzados recientemente desde Gaza a su territorio. El dolor y la rabia. ¿Con qué derecho matan los palestinos?, se preguntará. Ellos también gimen por sus 243 fallecidos, incluidos 66 niños, aniquilados por las bombas del ejército israelí. Todos merecen llorar a sus caídos. Todos merecen ser llorados. Mas, el horror tiene varias causas y caras. En primer lugar, si usted es muy religioso, cree que el Dios en el que cree prometió a los judíos toda Palestina. ¿Qué clase de Dios podría excluir a otros pueblos? Le enseñaron en la escuela que Israel tiene derecho a las tierras que ocupa, no le dijeron que ahí había unos 800.000 palestinos cuando en 1948 se formó el Estado israelí. Por la fuerza fueron expulsados o tuvieron que huir, perdiendo sus hogares y medios de vida. Son más de 5 millones de refugiados que viven en condiciones precarias en otros suelos. No se les permite legalmente reclamar por el desarraigo. El despojo no terminó ahí: En la guerra de 1967 su país tomó territorio árabe, parte del cual aún no devuelve, incluyendo el de los palestinos. La comunidad internacional, basada en el Derecho, no reconoce esas anexiones por ser fruto de las armas. Su Estado, apoyado por los Estados Unidos de América (EUA), hace caso omiso de los desafueros. Alega razones de seguridad, no importan las mismas razones de sus víctimas palestinas, martirizadas y empobrecidas.

En segundo lugar, quizá se ha enterado de que el último conflicto surgió por la amenaza de desalojo de unas familias palestinas de la diáspora, que habitan desde hace décadas un barrio de Jerusalén Este, ciudad de la que se apropió Israel. La policía los reprimió brutalmente, dejando 840 heridos, entre ellos transeúntes o simples fieles. El traslado forzoso de una población, lo que ha hecho Israel desde que fue fundado, constituye crimen de guerra. El objetivo es instalar en ese y otros barrios a israelís, como se ha hecho con cientos de miles en cientos de asentamientos en tierras palestinas, ilegales según el Derecho Internacional y condenados reiteradamente en el mundo.

Esa represión motivó el lanzamiento de cohetes desde Gaza. La respuesta fue totalmente desproporcionada, como han calificado organizaciones internacionales de derechos humanos, varios Estados y miles de manifestantes en el planeta.

Los gobierno israelí y estadounidense sostienen que el ejército hebreo sólo se defiende. ¿Quién se defiende de quién? ¿Quién ataca a quién? Imagínese, señor(a) de Israel, que llegan unas personas a sus casas, los desalojan, destruyen sus olivos, secular fuente de manutención de los palestinos, no los dejan regresar, luego se quedan con más tierras de ustedes. Reaccionan con piedras o misiles artesanales, ellos les lanzan misiles, destruyen sus escuelas, hospitales, mezquitas, los torturan, los jueces lo permiten, no investigan las denuncias, es que la ley no lo prohíbe, ha denunciado Amnistía Internacional.

En Cisjordania, tierra palestina, controlada en jun 60% por Israel, se levanta un muro de 700 km en un 85% de suelo palestino, que aísla a las comunidades palestinas, separa a las familias, les priva de servicios básicos, separa a los agricultores de sus tierras, en los asentamientos se apropian del agua, de las tierras, de los minerales. El muro recuerda a los guetos donde se recluía y hacinaba a los judíos, sometiéndolos al hambre, a enfermedades, como hicieron los nazis en el de Varsovia, a cuyos habitantes exterminó cuando se rebelaron.

En Gaza, la mayor prisión al aire libre como la califica Noam Chomsky, la situación es peor. Israel controla su espacio aéreo y marítimo y 6 de sus 7 pasos terrestres. En el séptimo es Egipto, pero Israel debe autorizar su tránsito. No se pueden entrar alimentos, medicinas, ni dejar salir enfermos, lo cual constituye crímenes de guerra y de lesa humanidad, como han declarado prestigiosas organizaciones de derechos humanos. El agua está contaminada, la que consumen y la de sus costas, en sus aguas territoriales no pueden pescar los gazatíes porque los ametrallan las cañoneras israelíes. Arrestan a los niños. La ONU pidió recientemente a Israel liberar a 194 de ellos por el COVID-19.

En el conflicto palestino-israelí, conforme a la ONU, han perecido desde 2008 hasta el 2020, 5.590 palestinos y 251 israelíes.

Hamás, el grupo a cuya creación ayudó Israel, acusado de terrorista por este y EUA, ha cometido crímenes al igual que el Estado hebreo, que serán motivo de investigación por la Corte Penal Internacional, según decisión de febrero de 2021. Antes, inicuamente desconocía la existencia de Israel, pero ya acepta que el usurpador simplemente se retire de los territorios que ocupa ilegalmente.

Ni el Consejo de Seguridad ni la Asamblea General de la ONU intervinieron en la última pugna por impedimento de EUA, pero el Consejo de Derechos Humanos de la organización resolvió investigar sobre posibles abusos de los derechos humanos en Israel y los territorios palestinos, lo que provocó la reacción del primer ministro israelí, que calificó de vergonzosa la decisión. ¿Vergonzoso que investigue? ¿Qué oculta? Ellos llaman antisemitas a los no judíos y traidores a los propios que censuran su conducta.

La sangre de millones de judíos asesinados a través de la historia clama porque detenga su agresión el Estado israelí y haga la paz en justicia con Palestina. (O)