A pesar de que el desempleo y subempleo, según el INEC, descendió en números en septiembre del 2022, aún las condiciones para encontrar un trabajo adecuado son difíciles en el Ecuador, provocando nuevamente migración hacia Estados Unidos.

Antes de la pandemia el país ya vivía una cruel realidad con la Población Económicamente Activa, que no encontraba un empleo adecuado. Ahora, tras la pandemia, esa realidad se ha trasladado a las calles. La mendicidad aumentó y el comercio informal, que en muchos casos sirve como base para el tráfico de droga, es visible.

También es evidente la frágil institucionalidad del Estado que da paso a la corrupción. Pero a pesar de esta crisis, está presente el sector privado que en muchas ocasiones ha sido señalado por su único supuesto interés de buscar beneficio propio, sin embargo, ante débiles políticas estatales, son las grandes y pequeñas empresas que desde su lógica sostienen la economía del país.

Observando la economía con ojos ciudadanos pasé por un local de las cafeterías Sweet & Coffee. En varias ocasiones constaté el buen trato y miré que en los locales de esta cadena tenían a varios colaboradores trabajando y su servicio era eficiente y agradable. Me dio curiosidad por conocer cómo mantienen el buen ánimo y la gentileza con los clientes.

La gerenta de Marketing de esta empresa, Kic-Ling León, comentó que la calidad de los productos y el ambiente agradable para los clientes es porque sus colaboradores son capacitados en su Universidad del Café, donde la empresa los forma desde el 2008. En la actualidad tienen alrededor de 1.300 trabajadores, quienes tienen la oportunidad de ascender. Según León, el éxito la empresa se debe a la excelente atención de sus colaboradores hacia los clientes y la preparación del café con granos 100 % ecuatorianos. Además la empresa tiene proyectos sociales y ambientales.

Y si se habla de empresas fuertes que dan empleo a varios ecuatorianos a pesar de las crisis económicas que atraviesa siempre el país, hay que referirse al Grupo Eljuri, con alrededor de 400 firmas.

¿Qué hay detrás de esta diversidad de empresas? Según lo evidenciado, un bajo perfil de sus propietarios, sagacidad y trabajo en los negocios, metas y objetivos que para otros serían imposibles de alcanzar, pero que las ponen en marcha cuidando su equipo humano. En una visita al Corporativo Eljuri me llamó la atención el ambiente de trabajo: cómodo; diferente a las oficinas esclavizantes. Hay áreas de descanso y distracción como en las grandes empresas internacionales, donde se entiende que sus colaboradores son un eje fundamental para el desarrollo de la empresa.

Además auspicia a sus trabajadores para que estudien posgrados en el exterior, aunque algunos después de obtener este beneficio pueden renunciar. De esto es consciente Juan Pablo Eljuri Vintimilla, líder del corporativo, quien asegura que si un colaborador considera que fuera de la empresa tiene mejores opciones de progreso, puede dejarla y no hay arrepentimiento por apoyarlo.

Pero aunque haya un impulso privado para salir de esta crisis económica, se necesita del aparato estatal. Sin embargo, se nota una débil institucionalidad, decisiones tardías y negligencia. (O)