En días anteriores he leído con complacencia que la Corte Suprema de los Estados Unidos eliminó el derecho de la mujer a decidir sobre su embarazo. Esta decisión ha recibido muchas críticas, comenzando por el presidente Joe Biden, quien dice que es católico, pero que sus actos no son consecuentes con la fe que dice que profesa.

Israel ha sido otro crítico de la decisión y en ‘apoyo’ a los Estados Unidos ha levantado restricciones para el aborto. En días anteriores vi en las noticias una foto de mujeres protestando por esta decisión de la Corte Suprema y uno de los letreros decía “es mi cuerpo, yo decido”, esta persona no se ha puesto a pensar que el cuerpo sobre el que ella decide no es suyo, sino de un nuevo ser concebido en su vientre, sea por violación o ‘descuido’ y que está terminando con una vida nueva. Como dijo el expresidente estadounidense Ronald Reagan: “Veo que todos los que apoyan el aborto están vivos”; es una verdad que no terminan de entender. Ceo que la mayoría de las mujeres no están de acuerdo con el aborto, pero las proabortistas hacen mucho más ruido que aquellas. Esta decisión es un triunfo para la vida y deberíamos apoyarla. Ellos tienen derecho a la vida. (O)

Carlos Alfredo Crespo Jalón, ingeniero químico, avenida Samborondón