Casi nadie menciona la enorme perniciosa influencia de ciertos programas de televisión, películas, series, telenovelas , farándula, incluso noticieros que degradan la mente de los televidentes y exacerban conductas inmorales donde aflora la vulgaridad e incita a actos contrarios a los valores y la ética; fomentan delitos, violencia doméstica y en general en todos los ámbitos, irrespeto, desobediencia, abuso en las familias y en esferas de la vida cotidiana.

Presentan en vivo y en reportajes grabados los comentarios de personas sin preparación, buenos modales, para que las imiten o aparezcan como referentes de que todo eso es lo cotidiano y aceptable. Entrevistan a personas con lenguaje de tipo marihuanero, altanero, ruin, despotrican sin medida contra cualquiera, a quien más puedan destruir; los temas son pesimistas, contienen divisionismo y réplicas malas. Ciertos canales de televisión contratan las peores series y filmes que solo destruyen, enferman la mente y el alma de los televidentes, feroces ataques a contrarios o rivales. Yo diría que las influencias tienen muchísimo que ver con los eventos que destruyen las familias, las personas, los estamentos de la sociedad, arrastrándonos al canibalismo, la barbarie, la miseria. Las malas programaciones de casi toda la televisión nacional y de la mayoría de la televisión pagada –pocas excepciones o poquísimos programas constructivos– son 80 % destructivas para todas las edades y el 20 % es una programación constructiva. (O)

Édgar Vicente Saldaña Alvarado, Guayaquil