Por los medios de comunicación conocemos que en el año 2022 solo en la ciudad capital del Ecuador, Quito (Pichincha), se registraron más muertes violentas que en el 2021. (https://www.eluniverso.com/noticias/seguridad/muertes-violentas-crecieron-un-28-en-quito-durante-el-2022-pero-ninguna-fue-encasillada-como-sicariato-nota/).

Los informes de la Policía Nacional indican que en Quito del 1 de enero al 26 de diciembre de 2022 hubo 181 casos, y en el 2021 hubo 141 casos; la diferencia representa un incremento del 28 %.

A lo largo y ancho de la República del Ecuador, la violencia, el vandalismo, los asesinatos, los femicidios suben en proporciones altas. Sumamos los robos, los asaltos, los secuestros, las violaciones, el tráfico de estupefacientes, las adicciones y la tabla del consumo permitido de drogas que instauraron corruptos de la revolución fracasada cuando estuvieron más de 14 años en el poder y se pervirtieron niños y jóvenes de la patria que tuvieron más acceso a las drogas, las pandillas, las bandas de la delincuencia. Ningún político, candidato, autoridad de gobierno, autoridad seccional, funcionario público, asambleísta, ministro, alcalde, intendente, juez, militar... combatirá con mano de hierro la delincuencia, el vandalismo. Se necesita a un León Febres-Cordero con los pantalones bien puestos para que combata. (O)

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Wenceslao O. Palomeque, Guayaquil