Llegar a la tercera edad, tremendo problema si no amasamos dinero o pensión jubilar; los bancos no ofrecen crédito, las empresas no dan trabajo, las entidades que deben velar por los mayores no prestan auxilio.

Queremos emprender un negocio, acudimos a las entidades bancarias y la edad máxima para conseguir crédito es 65 años. Anulen este atentado a los adultos que gracias a Dios adquirimos experiencia y aún estamos prestos a continuar nuestro paso por este mundo. Revisen las políticas bancarias, den oportunidad de seguir siendo sujetos de créditos; el Banco del Pacífico –del Gobierno– amplió a 70 años su política. Apliquen el artículo 5 numerales 1, 2, 3 de la Ley Orgánica de las Personas Adultas Mayores. Superintendencia de Bancos anule el discrimen de la edad para acceder a un crédito. La edad adulta no debe ser impedimento para el trabajo, el estudio, la capacitación, la salud, el deporte, el préstamo, el crédito bancario. La Constitución dice que a nadie se discrimine por la edad, raza, cultura, credo. (O)

Johnny A. Cedeño García, Guayaquil