Dos estudiantes de Medicina asiduos de las redes sociales, tiktokeros, se colaron en la vacunación contra la COVID-19 en el Hospital del IESS Teodoro Maldonado Carbo sin ser miembros sanitarios de la primera línea de atención a las personas con esta enfermedad. Algo inaceptable, inadecuado, carente de ética y sin el reconocido compromiso social para aquellos que atienden directamente a los pacientes; los médicos, los enfermeros..., son los más prioritarios.

La corrupción disfrazada de viveza criolla está presente en todos los ámbitos de la vida pública nacional, no conoce limitaciones o restricciones; está en todo el espectro social y económico, no excluye edad, raza, condición económica, sexo, nivel educativo, cultural; religiosidad..., en todo un infinito universo de personas desaprensivas.

Ahora surge la duda de si deben administrarles a estas personas la segunda dosis o no. Y la ética de la vacunación sale en ayuda: deben recibir la segunda dosis porque es mayor el bien que se obtiene al vacunarles (protegiéndolos a ellos y al resto de la población), que el daño que causaría a la sociedad interrumpir el protocolo de vacunación. Con independencia a que reciban sanciones..., tienen derecho a ser correctamente vacunados, por inaceptable que hayan sido sus conductas. Éticamente no podremos dejarlos sin la segunda dosis de la vacuna, sin completar el proceso, donde además acabaríamos perdiendo las dosis ya administradas, esto es la primera vacuna que se les colocó.

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Necesitamos humanizar la administración de vacunas contra la COVID-19 para que estas lleguen a todo el mundo equitativamente, siguiendo los protocolos que se establezcan, atendiendo primero a quienes más las necesitan. Son jóvenes, aún intitulados, ojalá aprendan a comportarse y pidan disculpas. (O)

Luis Coello Kuon Yeng, médico internista, Esmeraldas