La controvertida discusión de “dejar la mesa servida”, impuesta por el economista Rafael Correa en la transición del poder a su coideario, licenciado Lenín Moreno (2017), sucesor que renegaría de tal frase con la que le quería denotar que el país quedaba con economía boyante y sin problemas; acto seguido el delfín puso en evidencia, por el contrario, un endeudamiento cerca a $ 45 mil millones en ese año, petróleo comprometido o prevendido a China y casos de corrupción develados, por lo que fue encarcelado el exvicepresidente y allegados del expresidente, y servidor de la mesa, fueron enjuiciados, condenados y prófugos (caso Sobornos) por no dejar ni la mesa, pero sí comensales disputándose los restos de lo que debieron ser opíparos bacanales. Así el socialismo del siglo XXI en Ecuador pasó a ser plato de segunda mesa.

Sin parcialidad con el Gobierno saliente, a quien he criticado sus desaciertos, debo admitir que hereda a la próxima Administración una población más empobrecida, golpeada por la pandemia y dividida, con un endeudamiento entre interno y externo de $ 67 mil millones aproximadamente, la admisión de “no dejar la mesa servida” pero sí un Estado-nación institucionalizado en el que se respira democracia, con funciones descentralizadas del Poder Ejecutivo. Esto último alienta la esperanza de un futuro más prometedor donde todos podamos construir una gran mesa en torno a la que podamos compartir el pan, sentir que no estamos solos, porque la ausencia de uno podría ser la pata que desbalancee la mesa. Auguramos al presidente electo éxito en su convocatoria al país del encuentro, al margen de ideologías, partidos y clases que preconiza, con la libertad de criticar sus errores para que los enmiende con liderazgo, y aplaudir sus aciertos sin envanecerse, que son ejercicios democráticos. Es su deber tener a todos los ecuatorianos a mesa y mantel, es decir, procurar darles de comer todos los días, no obstante la desabastecida caja fiscal que recibirá. (O)

Joffre Edmundo Pástor Carrillo, licenciado en Educación, Guayaquil