Ante la conformación de la nueva Asamblea Constituyente tenemos la firme esperanza que la larga lista de errores históricos de algunas leyes que fueron creadas muchas veces sin un debido consenso verdaderamente democrático, que las eliminen o las corrijan, por ejemplo: la despenalización por mínimas posesión de drogas (medida que tanto daño ha hecho a nuestra juventud); el absurdo de ocultar en los medios –o los sancionan– el rostro de los delincuentes (atrapados in fraganti); deben aumentar la mayoría de edad legal desde los 16 años, lo cual permitirá que los delincuentes juveniles sean juzgados como adultos (estos serán recluidos en centros especiales de educación hasta los 18 años); reformar ciertas leyes de educación para crear en escuelas y colegios la enseñanza obligatoria del idioma kichwa y el inglés; también promover la enseñanza de natación, de riesgos y supervivencia a niños y jóvenes. Los nombramientos de gerentes de hospitales e instituciones médicas deberán ser solo de profesionales con formación administrativa de empresas. En las leyes electorales que para presidente, vicepresidente, alcaldes solo pueden terciar máximo cuatro tendencias políticas de candidatos sin antecedentes penales; en cuanto legisladores, rebajar a 5o% el número de legisladores actuales. Restituir la Cámara del Senado, conformada solo por adultos mayores de reconocida fama de honestidad y experiencia política y profesional académica. Respecto a las obras públicas, se dará a conocer por los medios, los nombres y antecedentes de los contratistas, antes de la firma de contratos y sus condiciones, así como la conveniencia para los intereses de la comunidad. (O)

Alfredo Minervini Faillace, Guayaquil