En uso del derecho consagrado de rectificación o respuesta, me gustaría responder al artículo de opinión del señor Luis Fierro Carrión, titulado ‘Un año de la invasión rusa’, publicado en EL UNIVERSO el 17 de febrero de 2023.

Resumiendo los resultados del año de “la invasión rusa”, hoy podemos decir en honor a la verdad que la decisión de lanzar una operación militar especial en Ucrania fue correcta y necesaria. Esto se desprende, entre otros elementos, de las recientes revelaciones de los exlíderes de Francia y Alemania quienes actuaron como garantes de los Acuerdos de Minsk. Ellos no han dudado en afirmar que desde el 2014 han estado preparando a las fuerzas armadas de Ucrania para la guerra, y el proceso de Minsk sirvió solo como máscara para implementar planes hostiles contra nuestro país. Las recientes declaraciones de la presidenta de la Comisión Europea de que las sanciones contra Rusia se prepararon ya en diciembre de 2021, es decir, antes del inicio de la operación especial, solo confirman el largo curso antirruso y la premeditación del Occidente colectivo. En cuanto a la publicación del señor Luis Fierro Carrión, de principio a fin es un conjunto de clichés propagandísticos y mentiras descaradas, reimpresas de los medios de desinformación occidentales. El autor, por ejemplo, acusa a las autoridades y las fuerzas armadas rusas de atacar infraestructura civil como escuelas, hospitales, edificios residenciales, y de secuestrar a 14.000 niños ucranianos. Me gustaría recordarle que las fuerzas armadas rusas atacan solo aquellas instalaciones de la infraestructura ucraniana que se utilizan para mantener, suministrar y reparar el arsenal militar del gobierno neonazi de Kiev. Por el contrario, las fuerzas armadas de Ucrania despliegan regularmente equipos militares en áreas residenciales, poniendo en peligro la vida de los civiles. En cuanto a los niños, que fueron llevados por estrictas razones humanitarias y de seguridad, desde los territorios liberados de los neonazis a otras regiones de Rusia, todos están a salvo. Sus lugares de alojamiento y enseñanza están abiertos para la visita de especialistas del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados en toda Rusia, incluyendo Crimea y Donbass. Según el jefe de la oficina de ACNUR en Moscú, la organización no tiene conocimiento de ningún caso en el que los niños hayan sido llevados por la fuerza de Ucrania a Rusia. Y ello corresponde a la verdad.

Hablando de “los crímenes” del ejército ruso, nunca probados, el autor guarda un modesto, pero sospechoso, silencio sobre las conocidas atrocidades de los neonazis ucranianos que han aterrorizado a la población civil del Donbass durante ocho años y siguen haciéndolo ahora. Las fuerzas armadas de Ucrania atacan regularmente la infraestructura civil de los territorios rusos, con utilización de equipos estadounidenses Himars y otros medios de equipamiento militar occidental. Existen claras violaciones del derecho internacional humanitario por parte de las fuerzas armadas ucranianas. Recientemente, por todo el mundo, circularon imágenes de su atrocidad, cuando un nazi ucraniano disparó a quemarropa con una ametralladora a prisioneros de guerra rusos desarmados. Fue precisamente con el objetivo de detener todos estos horrores y liberar a Rusia de las amenazas neonazis, que se lanzó la operación militar especial, y no para “eliminar a Ucrania como Estado”, como falsamente afirma el señor Luis Fierro Carrión. El autor está molesto porque Rusia no ha sido aislada, y presenta una lista de países que supuestamente apoyan a Rusia con suministros militares. Nuestro país cuenta con fuerzas y medios suficientes para llevar a cabo la operación especial, por lo que no necesita recurrir a la ayuda de otros países. Y la lista de Estados con que Rusia continúa cooperando es mucho más amplia que la de nuestros malvados oponentes que pretenden destruirnos. Luego, el autor señala sobre “la amenaza de una guerra global”. Es difícil no estar de acuerdo. Existe tal amenaza, pero no ha sido causada por la operación especial, sino por el acarreo incesante e irresponsable de armas por parte de los países occidentales al régimen de Kiev, lo que evidentemente los convierte en participantes del conflicto, aunque se nieguen a reconocerlo. En su conclusión, el señor Fierro Carrión argumenta que el conflicto de Ucrania es una guerra por el dominio mundial entre los defensores de la democracia liberal y una coalición de países, encabezada por Rusia, que intenta socavar esos valores. Me gustaría recordarle al autor la facilidad con la que los tales ‘defensores de la democracia liberal’, encabezados por Estados Unidos, pasan de la paz al uso brutal de la fuerza militar, sin importarles las víctimas y la destrucción que provocan. Yugoslavia, Irak, Yemen, Afganistán, Siria, Libia (solo por citar los más recientes y más conocidos casos) todavía sienten las consecuencias de los bombardeos de la OTAN. Quienes aprecian la verdad reconocen que ahora esta lista también incluye a Ucrania, ya que después del golpe militar anticonstitucional del Maidán (2014), financiado desde el exterior, se ha convertido en un instrumento obediente de la política antirrusa de Occidente. A partir de ese momento, en Ucrania comenzaron a producirse procesos que nada tienen que ver con la democracia: la prohibición de la lengua rusa, la destrucción de la Iglesia Ortodoxa rusa, la glorificación de los cómplices fascistas y su ideología, la formación de batallones con galones nazis en sus uniformes, y mucho más. No necesitamos tal democracia en nuestras fronteras. No fue Rusia que adelantó sus tanques a las líneas de la OTAN. Es todo lo contrario. Para nosotros la batalla contra el fascismo es de naturaleza existencial, y no permitiremos el resurgimiento de este mal en el mundo moderno. (O)

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Vladimir Sprinchan, embajador de Rusia en Ecuador, Quito


Respuesta al embajador

La carta del embajador ruso está plagada de falsedades y desinformación que pueden rebatirse usando cualquier medio objetivo.

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El actual Gobierno de Ucrania no es un régimen “neonazi”. Es un gobierno electo democráticamente, es un gobierno liberal y democrático que busca integrarse a la Unión Europea. El presidente Zelenzky es judío.

Ucrania nunca ha invadido ni un centímetro de Rusia; el Gobierno ruso y sus aliados invadieron Crimea y Donbas en el 2014; han continuado hostigando y atacando a Ucrania; y el 24 de febrero de 2022 lanzaron una invasión masiva, sin justificación.

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Las fuerzas armadas rusas han disparado misiles y drones contra instalaciones de generación eléctrica, para aterrorizar a la población. Además, han destruido edificios residenciales, escuelas, hospitales, infraestructura civil. Hay evidencias de torturas, violaciones, asesinatos de civiles desarmados, y el secuestro de ciudadanos ucranianos, incluyendo niños.

El señor embajador parece ignorar que en tres ocasiones la gran mayoría de países (141) han condenado la invasión rusa. (O)

Luis Fierro Carrión, articulista, Guayaquil