Las tareas que ejecutan en Marte los vehículos Perseverance con el helicóptero Ingenuity y el Rover Zhurong, así como el paulatino desarrollo, producción y distribución de las vacunas contra el COVID-19, evidencian que en la carrera mundial por la ciencia, tecnología e innovación, Estados Unidos y China son los principales protagonistas gracias a su institucionalidad liderada por la NASA y la CNSA, respectivamente, en tema espacial; y en el de las vacunas, por los institutos nacionales de salud de ambos, con cooperación de laboratorios privados.

Dicho escenario es resultado de consolidar la cooperación entre el Estado como instrumento de gestión y financiamiento de la ciencia, la universidad de docencia e investigación donde nacen ideas de calidad que generan nuevo conocimiento, y la industria que los recoge para transformarlos en tecnologías e innovación que se aplican a bienes y servicios que satisfacen necesidades de la población global. En este sentido, el presidente Biden inflará en 9 % el presupuesto 2022 para RyD (investigación y desarrollo) y favorecer a la ciencia aplicada; a más de que a la NSF se añadirá la dirección de Science and Engineering Solutions Inc., que buscará la aplicación comercial de la investigación académica. China hace lo propio en un ambiente autoritario.

En Ecuador, la LOES define la institucionalidad de la actividad científica, pero aún no logra consolidar al Estado, la academia e industria para que funcionen como equipo para enfrentar investigación, desarrollo e innovación. La revisión de la citada ley que se iniciará en julio de 2021 es la oportunidad para replantear el tema y las ciudades del conocimiento en Yachay y la Espol con la Zona de Innovación del Litoral Ecuatoriano (ZILE) y la Zona Especial de Desarrollo Económico (ZEDE), que se han quedado cortas en sus expectativas. La estructura científica de Ecuador no es nada despreciable, con más de una decena de institutos públicos de investigación, universidades y politécnicas con centros de investigación incorporados a sus facultades o a vicerrectorados de investigación, acogen becarios de posgrado, cuentan con su sociedad como la Academia de Ciencias del Ecuador (ACE). La revisión debe tomar en cuenta esta fortaleza para integrar al país a la carrera mundial de ciencia, tecnología e innovación, y sea ganador. (O)

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Hernán Rodrigo Moreano Andrade, militar (S.P.), máster en Oceanografía; Guayaquil