La historia política de nuestro país está plagada de malas decisiones. El desconocimiento cultural pasa factura muy alta. A falta de responsabilidad y por mala decisión al votar, candidatos populistas son favorecidos con el mayor número de votos y se convierten en funcionarios públicos.

Vergonzoso tener candidatos sacados de la farándula, el modelaje..., conocidos para bien o para mal. No hay diferencia si es candidato famoso, corrupto, un destacado profesional, etc. No se mal interprete, no se trata de la ocupación, el trabajo, del candidato; se trata de la probidad, experiencia para representar al país. No es asunto de género, nacionalidad..., “voto por esta ya que es mujer, no voto por ese porque es hombre o es extranjero y debemos apoyar lo nuestro”. Puede tener conocimientos y experiencia el candidato, pero el pueblo ha demostrado que esto le importa poco; si detecta corrupción del político, no le importa sino sus ‘obras’, el puente, la carretera. ¡Cuántas personas conocemos que podrían ser excelentes candidatos!, pero pocas quieren pasar por el escrutinio popular y ser ‘acabadas’.

Es un deber conocer a los candidatos, ¿son correctos?; son jóvenes, y criticamos que no tienen experiencia; son mayores, criticamos que no tienen energía, no están actualizados; son conocidos, criticamos que son las mismas caras; son desconocidos, criticamos que no sabemos quiénes son y más vale malos conocidos. Si no existe conciencia de la ciudadanía, en las elecciones solo tendremos nuevos circos con el mismo resultado nefasto para Ecuador, inseguridad, narcotráfico, pobreza, falta de empleo, etc. Es un llamado al análisis, ilústrese, lea, infórmese; no coma cuento. El mensaje a los candidatos es que se necesita probidad, honestidad y conocimiento impecable de las necesidades del país para gobernar. (O)

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Leonela Loor Merchán, abogada, Guayaquil