Después de haber vivido 35 años en los Estados Unidos y pasado 21 años en su Fuerza Aérea, gracias a Dios, a mis padres, esposa y al Gobierno de dicho país que me permitió estudiar, viajar, me doy cuenta de que la dolencia de toda sociedad es la falta de integridad. La integridad es el valor principal de la Fuerza Aérea estadounidense. La integridad es hacer lo correcto, aunque nadie te observe.

Me preguntaron en un curso militar hace más de 20 años qué era la integridad y dije, es algo que llevamos dentro que nadie puede tocar. Un concepto sencillo, pero es algo no muy común de encontrar. En Ecuador y afuera, existen personas que no tienen integridad, o los que la conocen la ignoran sin pena. Sin integridad no hay justicia, si no hay justicia la corrupción reina, envenena, pudre todo proyecto, sistema, hay desperdicio de tiempo, delincuencia, inseguridad... La cárcel sería el mejor ejemplo que se pueda dar por comportamientos delictivos, corruptos. ¡Quién va a querer invertir en un país donde piden coima para todo, se secuestra, roba, mata y si cogen a los pillos los sueltan y toman represalias.

Busquemos y aseguremos la justicia primero y lo bueno vendrá. Hacen falta personas que no tengan conexión ni pasado político corrupto, no deban ‘favores’ a nadie, solo tengan compromiso con Dios de hacer siempre lo correcto, tengan mano firme. Pero nadie lo puede hacer solo, se necesita ayuda divina primero; segundo, la unidad del país que quiera cambiar, que la ciudadanía ponga de su parte. Necesitamos gente honesta. La pregunta: ¿cómo elegir buenos líderes para una asamblea, presidencia de la República y todos los cargos públicos (cortes, alcaldías, prefecturas, etc.)?, midiendo su integridad, conociendo su forma de vida sabremos si nos van a ayudar con un mejor futuro o van a seguir hundiéndonos en la miseria, inseguridad, vergüenza por su corrupción. (O)

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Adolfo Montero, Guayaquil