Nadie es perfecto, todos hemos cometido errores, algunos tan infantiles como no cumplir las tareas si no nos están presionando, y otros que causan daño como enamorarnos de quien no debíamos; estos errores provocan dolor personal, pero hay errores que no tienen perdón, pues causan dolor masivo: mentir, ofrecer lo que jamás va a cumplir, jugar con la vida de los seres que creen en falsas promesas de campaña (…), esas son maldades hechas con premeditación.

Solo quien ha vivido el dolor de cerca puede entender, pues hablar es fácil. Quien habla de hambre y jamás le faltó un pan, quien habla de oportunidades y tiene puestos asegurados por su ‘apellido’, quien habla de paz y ataca a quien no piensa lo mismo…; no es un dechado de virtudes y no es alguien que queramos tener cerca. Uno entrega lo que tiene en el corazón, hay muchos que ya no lo tienen, sobreviven apagando sueños y encendiendo dramas, empujan a miles a huir despavoridos de su terruño en busca de vivir con ‘dignidad’ y con la incertidumbre en la que no saben si comerán mañana; y no se detienen hasta destruir todo a su paso y según su razonamiento solo ellos merecen tener poder, vivir bien y que les rindan pleitesía. Esto no es juego. Sus acciones benefician o perjudican a los ecuatorianos. Si de verdad todos amaran al Ecuador, tomarían en serio su trabajo con honestidad. (O)

Aissa Pazmiño Real, Guayaquil