El sentimiento de triunfo va preparando maletas, el Ecuador se fijó una meta que nació del fondo de las derrotas y bajo un marco de ilusiones va a viajar con su carga de esperanza. Chicos, viejos, pobres, ricos en un solo corazón vamos al mundial. Este sueño ya cumplido es el resultado de honor de quien sin ser de los nuestros fue su gran conquistador: Alfaro, se nos presenta con fe, dándole a nuestro equipo, fuerza.

El Tricolor representa el sueño de una nación que deja por un momento las penas, y una pelota que rueda, es el ballet del amor donde el gol es una melodía. Si nuestro pueblo ha sabido unirse por la emoción de este triunfo que enaltece, con la misma camiseta luchemos con fe y alma por un Ecuador mejor. (O)

Consuelo Sánchez Mazzini, Guayaquil