Cuidar la salud bucal puede contribuir a la prevención de diversas enfermedades. Imagen: Pexels


En nuestras épocas, los gobiernos de turno nunca implantaron programas de protección sanitaria a los niños como lo hacen en la actualidad in situ, en su lugar original, movilizando personal médico a ciertas escuelas, incluyendo las medicinas para la prevención de las enfermedades.

En consecuencia, en dichas épocas, por la natural ignorancia de ciertos padres, no existió o existió poca o elemental atención prestada a la salud de sus hijos, por dar un botón, a la salud dental y, verbigracia, se nos ocurría manifestarles a nuestros padres que teníamos dolor de muelas, como le llamábamos indistintamente si eran dientes o molares; he ahí que el papá metía su mano al bolsillo y la sentencia estaba dada, “vaya al señor de los dientes, que le saque el diente” –que apenas era un mecánico dental–. Sin darnos cuenta, sin tener preocupaciones, fueron marchando nuestras preciadas e irrecuperables piezas dentales.

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Actualmente, lo grave para quienes necesitamos una masilla dental que retiene las prótesis dentales que usamos, es que somos víctimas de estafa porque se publicita por televisión un tubo plástico de escasos centímetros y semivacío con poquitos gramos de contenido de masilla para pegar la prótesis en las encías, que apenas dura no más de una semana; lo cual es un grave atentado al bolsillo de los adultos mayores que de por sí somos chiros.

Pido a las autoridades de la salud y del comercio que tomen cartas en el asunto, procuren ayudarnos a obtener mejores facilidades para la salud dental con estos productos. (O)

Alfonso Macías Vintimilla, Guayaquil