Aquel refrán popular que dice: ‘La ropa sucia se lava en casa’ no es aplicable a la situación del país, no podemos ser impávidos ante la crisis que existe, es necesario urgentemente que todos los trapos sucios salgan al sol, es la única manera en que podremos tomar decisiones, sin pasiones, claro está; no se puede mezclar la vida personal con la política, pero debemos entender que si como ser humano no se comporta bien y no aporta a la sociedad, mucho menos lo hará como autoridad.

Debemos realizar un análisis minucioso sin desviarnos de la meta, todos necesitamos un Ecuador digno, un país seguro, justo y con oportunidades; nuestra patria es hermosa, a pesar de nuestra extensión tenemos todo lo que cualquier potencia desearía: el clima, los paisajes, las regiones, la biodiversidad, la ubicación geográfica, nuestro suelo prodigioso, la gastronomía, nuestra cultura, todo esto es admirado por extranjeros y es la razón por la que muchos acaban enamorados de nuestra tierra, pero como siempre en todo hay dos lados, lo bueno y lo malo, en medio de lo hermoso está la inseguridad, la violencia desatada, la pérdida de valores, la irresponsabilidad de algunos, es momento de que todos ‘lavemos la ropa sucia’ y separemos los colores, pues algunos están manchando, están destiñendo.

Dejemos la comodidad, no esperemos que vengan de afuera a lavar nuestra ropa, tampoco sigamos acumulándola pensando que se lavará sola… tomemos las riendas de nuestra tierra, ¡basta de delegar las responsabilidades!, ¡basta de arreglar y barrer solo por donde ven las visitas!, Ecuador es mío, es tuyo, es nuestro y nos necesita, ¡Vamos todos a lavar la ropa! (O)

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Aissa Pazmiño Real, Guayaquil