El 11 de abril de 2021 será una fecha memorable para la nación, un día cívico para que concurramos todos los ecuatorianos a depositar nuestro voto en aras del fortalecimiento de la democracia.

Aspiramos a que triunfen la libertad, la justicia, la verdad, la honorabilidad, la sensatez, el respeto y el cumplimiento de los derechos humanos, la libre expresión del pensamiento. Para que estos objetivos cobren vigencia es un imperativo la conciencia de la ciudadanía para abrir los ojos y salir del letargo en el que nos han sumido por largos años políticos amorales incompetentes y apátridas.

Se precisa entonces reflexionar nuestro voto obrando con sabiduría para saber distinguir quiénes ofrecen bienestar o falsas promesas. El que cava un hoyo caerá en él y el que hace rodar una piedra, sobre él volverá (Proverbios 26-27).

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Es el momento para la recapacitación de los dirigentes de partidos políticos que quieren pronunciarse por el voto nulo o blanco a sabiendas de que esta actitud es perjudicial para la democracia. Del mismo modo exhorto a los indecisos que no sufragaron en la primera vuelta, quizás ahora tengan una visión y criterios definidos de los candidatos y puedan cumplir con este deber cívico.

El domingo 11 de abril no será un día común, vamos a decidir el presente y el futuro del país, vamos a determinar nuestro porvenir y el de nuestros descendientes, vamos a luchar por conseguir y conservar el equilibrio, la tranquilidad que nos merecemos todos los ecuatorianos; con mayor razón en estos tiempos aciagos que vivimos. Quien vaya a dirigir los destinos de la patria sea una persona equilibrada, que actúe con sabiduría, probidad, justicia, que sus mayores intereses estén siempre orientados en el bienestar del país y de sus congéneres.

Dios bendiga y proteja nuestra nación. (O)

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José Castillo Celi, psicólogo y médico naturista, Guayaquil