Es muy importante que se converse permanentemente con los hijos sobre el respeto a su cuerpo, que nadie puede tocar sus partes íntimas. Las niñas y los niños deben entender bien que si esto ocurriera, es decir, que una persona esté tocando sus partes íntimas, debe contárselo inmediatamente a sus padres o a la persona que se encargue de su cuidado. No callárselo por miedo o por amenazas.

No son pocas las ocasiones en que incluso alguien cercano a la familia abusa sexualmente de sus parientes, y esto a todo nivel social.

La pornografía ha contribuido para que se pierdan las percepciones y disposiciones sobre la sexualidad, y esto hace que los depredadores sexuales se encuentren, aun en el entorno familiar. Tener mucho cuidado con clubes o lugares donde los menores se vean expuestos a contactos con personas aparentemente calificadas, que sin embargo no lo son. Los daños que se ocasionan a menores, tanto a niñas como a niños, en su sexualidad, afectarán su personalidad. Hay que aconsejarlos y acompañarlos en todo momento, a toda hora. Y por favor, creerles. Los niños no mienten en casos de abuso sexual. (O)

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Mario Monteverde Rodríguez, doctor en Medicina y Cirugía, Guayaquil