En la actualidad, en algunos sitios del país existe deserción escolar por bajo rendimiento en los diferentes niveles académicos. Por ello, es importante unir la neuropsicología con la educación y crear programas que ayuden a la estimulación de las funciones ejecutivas para mejorar el rendimiento. Pero ¿cómo podemos realizar estas actividades?
Las funciones ejecutivas son un conjunto de habilidades cognitivas y emocionales que se encargan de organizar, dirigir y, sobre todo, tomar decisiones. En los salones de clases debemos invitar a los estudiantes a nuevas formas de aprendizaje, como las basadas en proyectos, servicios, problemas, etc.
Otro punto es la inserción de la tecnología utilizando plataformas digitales para el entrenamiento cognitivo que permitan practicar ejercicios de atención, flexibilidad cognitiva, control inhibitorio, fluidez verbal, memoria de trabajo. Las investigaciones científicas evidencian el progreso en el rendimiento escolar con estos programas de estimulación que deben aplicarse desde edades tempranas para que en el futuro exista un excelente talento humano.
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Se requiere una gran inversión para estos proyectos que parecen irreales o inalcanzables, pero recordemos que la neuropsicología y la inteligencia artificial son los nuevos aliados para el avance de nuestra sociedad. (O)
Vanessa Triviño Burbano, Máster en Neuropsicología y Educación, Guayaquil