Entendíamos que médicos, enfermeros, personal de hospitales, ellos son la primera línea para vacunarse. Sin embargo, en el Ecuador la primera línea es zigzagueante, satisface las necesidades primarias de unos y no la del orden que incluye a todos.

Solo al tener un familiar, un amigo cercano muerto por COVID-19, se entiende la verdadera realidad, el verdadero perjuicio que no es de unos pocos sino es de todos los ecuatorianos.

Si en algo tan simple como repartir una vacuna no se lo puede hacer equitativamente, ordenadamente, qué se puede decir de otras funciones, de contratos, etc.

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El ejemplo que dan las autoridades presentes colocándose a codazos como primeros en línea, confirma la ausencia de verdad, el ocultismo de sus acciones, la ausencia total de transparencia. Y los notables, invitados por estas autoridades, sin vergüenza alguna por ambas partes, están colocándose delante en la fila, ¡delante de la verdadera primera línea!

La viveza criolla es la madre de toda corrupción, haciendo que la esperanza de un país mejor caiga a niveles poco rescatables.

El Gobierno nacional debió colocarse en cola a tiempo, tempranamente para comprar un producto deseado por todos que se llama vacuna, y no al último, desesperadamente enviando delegaciones a pedir como favor.

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En fin, la falta de orden demuestra que el principio de hacer una cola, en orden, no es respetado ni por las mismas autoridades. De ahí la falta de vacuna y las pocas dosis que han recibido. (O)

Raúl González Tobar, médico; Manor, Georgia, EE. UU.

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