El telescopio espacial potente, Webb, revela aspectos del universo que estuvieron ocultos y estudia el polvo que envuelve las regiones de formación de las estrellas, así como del gas entre las estrellas.

Seguirá tomando espectros de objetos astronómicos, lo que significa que puede dividir su luz en componentes para determinar de qué están hechos. Todos los instrumentos del James Webb observan la luz infrarroja, lo cual es vital para entender el universo. Los objetos más lejanos que podemos detectar se ven con luz infrarroja porque esta puede atravesar el polvo interestelar que bloquea la luz visible. Además la luz visible que viaja desde una estrella lejana se distorsiona en su trayecto hacia nosotros. La longitud de onda se vuelve más larga, lo que significa que la luz que estaba en el rango visible para los humanos es desplazada hacia el infrarrojo del espectro electromagnético. Este es un efecto llamado desplazamiento hacia el rojo y significa que si quisiéramos ver hacia puntos más remotos del pasado debemos mirar objetos que resultan invisibles para nosotros. Pero estos objetos invisibles no son invisibles para el James Webb. (O)

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Kléber Wilfrido Barragán Hernández, licenciado en Comunicación, Guayaquil