Como residente ecuatoriano manifiesto mi desacuerdo con la última disposición del COE respecto a la suspensión del retorno presencial a clases para el régimen Costa, que estaba previsto para enero del 2022; me gustaría que explicara los fundamentos técnicos y los datos que respaldaron semejante decisión.

Van a ser ya dos años con los chicos fuera de las aulas y esto complica más la situación social de Ecuador. La Unicef se cansa de dar aviso de que las escuelas son lo último que se debe cerrar (https://www.unicef.org/ecuador/comunicados-prensa/es-lamentable-que-se-detenga-la-nueva-fase-de-reapertura-de-escuelas-afirma) y en el mundo las estadísticas así lo demuestran, los chicos no son los principales vectores de transmisión de este virus. Entiendo que se tomen medidas para la contención de nuevas variantes, pero estoy cansado de ver escuelas cerradas, y centros comerciales, plazas, parques, estadios de fútbol abiertos (estos últimos con 50 % de aforo). Qué datos, estadísticas, utilizan para tomar estas decisiones es algo que tenemos derecho a exigir; toda decisión debe estar debidamente fundamentada. No encuentro información en ningún país del mundo que mencione a las escuelas como las principales responsables de propagar el coronavirus. El precio de esta decisión lo están pagando nuestros hijos. (O)

Mariano Andrés Casteller, Guayaquil