Soy un abogado jubilado, de 93 años, discapacitado y endeudado hasta la saciedad por las tarjetas de crédito del Banco del Pacífico.

He visto con indignación en la prensa cómo, ahora que el mayor revoltoso del país, sea porque lo han mandado a callar o porque espera el momento oportuno para entrar en acción, ha sido reemplazado por el representante de la Fenocin para que este pida que ya no se le perdonen sus deudas impagas hasta 10.000 dólares, sino que este porcentaje suba a 30.000 dólares, y cuyo propósito en realidad es poner un justificativo para después alterar la seguridad pública, todo lo cual no es sino un ardid para persistir en su propósito de tumbar al presidente de la República.

Mientras tanto, los ancianos de más de setenta años de edad, los discapacitados, los deudores de las tarjetas de crédito, que por necesidad se endeudaron en la banca privada durante la pandemia, en el Banco del Pacífico y otros bancos particulares, haciendo hincapié en que el Banco del Pacífico también es banco del Estado, y a los ancianos y discapacitados de otros bancos y los pobres que tampoco tienen ingresos y tienen deudas por enfermedades y supervivencia, no se los toma en cuenta, pido con todo derecho que se nos incluya en el perdón de sus deudas, pero que se lo haga hasta donde el Estado tenga posibilidad de perdonar.

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Los que conocemos cómo se vive en el agro sabemos que desde hace años, cuando existía el Banco de Fomento, muchos campesinos que cultivan la tierra, y también los que no, tras obtener un préstamo de entidades bancarias, lo primero que hacían era darse lujos que nunca habían tenido y salían a malgastar el dinero ya sea en borracheras o en otras cosas y, en consecuencia, no lograban pagar sus deudas.

Esto, aparte de las coimas que tenían que dar a los empleados del banco para conseguir los préstamos.

Esperamos que el Gobierno se ponga firme y no se deje amedrentar por estos asaltantes que lo que quieren es desestabilizar al Gobierno, auspiciados por el más grande farsante de la historia del Ecuador, y que, repito, lo único que persiguen es tumbar al Gobierno para que retorne ‘el jefe’ de quienes en el Ecuador han cometido los atracos en su administración, para que todo quede en la impunidad, pudiendo el más grande impostor retornar a gobernar y entonces sus seguidores queden en libertad y acaben con la economía del país. (O)

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Efraín Guillermo Vásquez Landívar, abogado, jubilado, Guayaquil