A nadie deja indiferente la cita planetaria que se está desarrollando en Qatar; es la capital del fútbol a nivel mundial a durante este mes.

Y es que el fútbol es ‘el deporte rey’, pasión de multitudes, todo gira en torno a un balón. De hecho, llama la atención que hay más países afiliados a la FIFA que a la ONU. Concita esparcimiento, placer, hobby; pero sobre todo no hay que perder de vista que es un deporte y como tal desarrolla el sentido del trabajo en equipo, estrategias para ganar cual David a Goliat, sacrificios y entrenamientos para dar lo mejor de sí, etc. Lo malo está cuando desplazamos la razón y cual adoradores de un tótem rendimos pleitesía a un balón sin ser conscientes plenamente; y sigue la interrogante, ¿por qué no empleamos los mismos esfuerzos para cosas mayores que nos planifiquen o para cultivar nuestras facultades superiores?

Creo que es una oportunidad para redescubrir lo que nos hace verdaderamente humanos, los valores deben primar en todos los partidos que juguemos en la vida, porque no todo lo podemos ni debemos monetizar; el juego limpio debe jugarse en todos los ámbitos de la vida sin necesidad de la asistencia del videoarbitraje o VAR. (O)

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Cristhiam Carpio Castro, máster en Educación, Daule