El presidente Guillermo Lasso dijo que “no se tocarán las jubilaciones” y que “las leyes son sagradas”, pues somos los más necesitados debido a nuestra edad y enfermedades, esto hace que estemos más próximos a la muerte.

Escribo en sentido general, pero en la Universidad de Guayaquil los últimos rectores no han cumplido con los pagos de la jubilación, pagando políticamente a unos pocos solo ciertas cantidades. Los últimos rectores han demostrado que aceptan el cargo o compiten por el mismo solo por figurar. Hay jubilados en sillas de ruedas y enfermos que no podemos caminar ni hacer manifestaciones públicas; hacemos huelga de hambre en las casas. Las leyes pertinentes nos han dado el ejecútese, sin embargo, rectores se han valido de desacatos ante la falta de energía de autoridades como en la Corte Constitucional, que no obligan al cumplimiento de su resolución y nos tienen en graves penurias; no piensan que algún día les tocará envejecer. Esperamos los jubilados, cansados de reclamar, que ciertas autoridades malsanas se compadezcan por pagar los dispuesto en la ley, no nos tengan humillados. Ojalá el presidente interponga sus oficios ante el ministro de Finanzas y con la Contraloría investigue por qué la demora de varios años de impagos; como habrá culpables, pedimos la máxima sanción legal por estos desacatos. (O)

Héctor Cisneros Arias, doctor en Filosofía, Guayaquil