Nuestro país está asediado y atracado por grupos numerosos de indígenas liderados por un impúdico que cada día quiere crecer en medio de sus coterráneos ‘ciegos’ por la mala información o por la vagancia. A este individuo y ayudantes nadie les impide que engañen a sus campesinos. ¿Por qué no utiliza la inteligencia para lo positivo, no copia la laboriosidad de los otavaleños que nos hacen quedar muy bien en el exterior por su pulcritud en trabajar y vestir? Vale resaltar la laboriosidad de los indígenas trabajadores dueños de abacerías que crecen en negocios con amor familiar. En cambio unos “líderes” prefieren rodearse de vagos con malas acciones para sacar provecho, saciar su ego mal enfocado.

Observé un video del presidente vitalicio del equipo de fútbol Mushuc Runa Sporting Club, abogado Luis Chango, que tiene una historia de vida, superación, trabajando desde que estaba en la escuela con su padre que vendía legumbres en Quito, y no se queja porque existen millonarios, no se siente inferior a los demás así sean blancos o tengan mucho dinero; no tiene complejo, desde pequeño le enseñaron estrategias para las ventas en proyectos económicos de la familia y el país, y no a organizar levantamientos para la supuesta reivindicación indígenas; dice por qué lloran por la pobreza, si ellos no son pobres, son mal dirigidos, tienen tierras para la agricultura y una mente prodigiosa para emprender en cosas positivas. No deben llamarse pobres, deberían esmerarse para presentar proyectos de actividades que se puedan realizar en las comunas y presentarlos al Poder Ejecutivo. En resumen, los dirigentes indígenas deben dar buenos ejemplos de desarrollo para sus pueblos. Es hora de que los señores indígenas de las bases busquen líderes que los lleven a crecer, no continúen en lloriqueo añorando el pasado, no busquen manifestaciones para destruir el país; deben buscar dirigentes con amor a su familia y al país, que no los esquilmen llevándolos al descontrol social, la muerte y poniendo en peligro vidas de ciudadanos. (O)

Rodolfo López Osorio, arquitecto, Guayaquil