Mi hijo es un niño insulinodependiente, depende de la insulina para vivir, padece de diabetes tipo 1; es uno más de los miles de menores y jóvenes con esta condición.

Con sueños, con sus alegrías, tristezas, es un ‘dulce guerrero’ ya que tenemos que pincharle los dedos hasta 7 veces al día para los controles de glucosa, y no es fácil depender de una inyección con insulina. Quien vive este día a día sabe lo que eso es para evitar que sus ojos, riñones..., se malogren. Tenemos que lidiar con una escasez marcada de insulina. Los padres de familia no sabemos qué pasa, por qué no hay dicha medicina, nadie dice nada, las farmacias que siempre han tenido insulina ahora dicen que está escasa, se acabó, ¿y nuestros hijos?, ¿y nosotros a qué nos atenemos? Vamos de farmacia en farmacia para encontrarnos con que no hay el producto, y cuando encontramos, compramos inmediatamente y pensamos ¿y el próximo mes habrá? Necesitamos que alguien responda por qué no hay insulina, más que nada necesitamos soluciones; por favor, autoridades, entiendan, son nuestros hijos que están enfermos, si fuesen los suyos, ¿qué harían? (O)

Jorge Rodrigo Luna Jijón, padre de familia, Guayaquil