El Gobierno dispuso que la vacuna contra el COVID–19 sea obligatoria para salvaguardar la salud de los ecuatorianos. Curiosamente, las personas con enfermedades catastróficas se están muriendo por la falta de medicinas en los hospitales. Habría que preguntarle si estos hermanos de la patria ¿no son ecuatorianos por el hecho de estar enfermos?, o si con la vacuna, ¿hay otros intereses que pretenden tapar con la máscara de ‘preocupación por el país’?

El señor presidente pregona en ruedas de prensa el gran compromiso que tiene para ayudar a las clases sociales del Ecuador (pobre, media y alta), en especial la pobre. Divulga un “gobierno del encuentro”, empero sube los impuestos, los precios de pasajes del transporte, de alimentos, medicinas, combustibles…; reduce sueldos, privilegios conseguidos con esfuerzo por los trabajadores. ¿Por qué lo que dice con la boca lo contradice con sus acciones? (O)

Charlie Javier Risco Andrade, licenciado en educación; El Carmen, Manabí