¿Cómo un ser humano puede llegar a ser tan ruin, tan cobarde, tan subnormal y no apreciar la bendición de la vida; que no comprenda la oportunidad que el Señor puso en sus manos y desperdiciarla, viva como parásito y no contento con eso se crea con el derecho de quitar la vida a otro ser humano?

No existe excusa para ser delincuente, corrupto, ladrón, asesino... La falta de oportunidades no es coartada, uno tiene la inteligencia para buscar la manera de ser valioso para una sociedad ávida de humanidad. No hay disculpas para “equivocarse”, un error tiene una diferencia abismal con un delito. Ni las diferencias sociales, religiosas, políticas... son motivos para transgredir la justicia. Si alguien va por mal camino es su decisión, si falta a las leyes debe ser responsable de sus acciones. Nunca comprenderé por qué los derechos tienen vacíos. Los delincuentes se ofenden por ser catalogados como tales, pero no se detienen un segundo antes de hurtar, agredir, timar o matar a un ser humano. Les tapan los rostros a los delincuentes y protegen su identidad. La sociedad tiembla de miedo ante estos que de a poco han contaminado todo. ¿Nuestro país merece eso? ¡No existen soluciones a estos grandes problemas! ¡Necesitamos autoridades que no olviden que una manzana podrida contamina a las demás, y que no hay mal que dure 100 años ni cuerpo que lo resista! (O)

Aissa Tatiana Pazmiño Real, técnica en Marketing, Guayaquil