Durante la época que se acerca la Navidad empiezan a pararse por donde hay semáforos, en las veredas de iglesias, restaurantes, calles, niños que piden “las pascuas” a los ciudadanos.

Hoy en día son más niños migrantes que hablan como venezolanos (muchos están bien vestidos) y colombianos; algunos están con sus padres y sus perros.

Los menores mendigos que son ecuatorianos llegan por otra parte, en baldes de camionetas, motos, taxis, a los puntos de ‘trabajo’; adultos que son sus vecinos de barrio, familiares, ‘jefes’, los dejan a las 07:30 y los recogen a las 22:22 con el dinero que han conseguido de la mendicidad. Es una explotación poner a menores de edad a mendigar, sin embargo, las autoridades no castigan este delito, no les importa que los niños no estudien, que sean abusados por corruptos, estén en las calles en inseguridad y con hambre pidiendo dinero. Los niños son el futuro del país, y los politiqueros se acuerdan de ellos solo para mencionarlos en los discursos de las campañas electorales. (O)

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Leonardo Sánchez, Guayaquil