Cuando se dispone regularizar algo para llegar a un objetivo administrativo, muchas veces se encuentra una solución, así vemos en campañas políticas que se ofrece quitar el impuesto a la salida de capitales, del 5 %, por vía de la regularización y no se escoge reducir un 1 % anual, que eso sería gradual; sino que se procede a una regularización, en este caso aplicando por sectores, que es excelente para ir midiendo resultados; pero ad portas de un pretendido paro, algunos exigen que se derogue el decreto para regularizar el precio de los combustibles.

Es necesario rever la regularización, pero la solución no es eliminar de un tajo el decreto. Quienes quieren eliminar el decreto de regularizar el precio de los combustibles están apoyando el contrabando de combustible por las fronteras, la pesca ilegal en la zona protegida de las islas Galápagos y el continente, y las refinerías clandestinas de drogas, el narcotráfico y la drogadicción en el país. Lo conveniente, en el caso de los combustibles, es cambiar el modo de regularización, en lugar de tomar la variación del índice debido al cambio de precio del combustible, que se tome el promedio del conjunto de variaciones en un semestre, y se lo aplique sumando el promedio del semestre anterior y dividiéndolo para dos; el resultado sería el que se aplique en el decreto existente, con lo que la variación no sería abrupta. (O)

Salvador C. Loffredo Autheman, ingeniero civil, Guayaquil