En enero de 2020 la Asamblea Nacional llevó a cabo una reforma al Código de la Democracia, a pedido de grupos políticos interesados y de aquellos que querían bloquear la elección mayoritaria del pueblo a favor de lo que ellos llamaban el correísmo, tal como sucedió en el 2013 al elegir 100 de los 137 asambleístas.

En el gobierno de Lenín Moreno después de la traición y en contubernio con otros líderes políticos de derecha, buscó la desinstitucionalización del Estado a pretexto de cambiar todo lo hecho por Rafael Correa. Lo importante de los líderes debería ser su voluntad política para producir cambios que beneficien al país y no a nadie en particular. Hoy después de más de dos años de aprobación en el registro oficial de la reforma, este método de repartición de escaños Webster lo único que ha producido es más ingobernabilidad, comenzando con la Asamblea, donde para nombrar a su presidenta y demás dignatarios, se demoraron algunos días más de lo establecido, por falta de consensos. A casi diez meses en el poder del nuevo gobierno de Guillermo Lasso, se ha producido en la Asamblea Nacional la mayor cantidad de ‘mayorías moviles’, de acuerdo con los intereses políticos que no son los del pueblo. Fruto de la ingobernabilidad, en el ambiente político se habla de la muerte cruzada y de la revocatoria de mandato, causando zozobra en la población. En democracia son importante los pesos y contrapesos, pero los extremos tampoco son buenos. Y es lo que está ocurriendo en la Asamblea en detrimento del país. El método anterior de repartición de escaños, Hond, sin ser la quinta maravilla era mejor que el actual para la gobernabilidad en la toma de decisión a favor del pueblo, mal o bien daba al elector la potestad de elegir por quien este creía y no era obligado a votar en plancha por candidatos no deseados. Como sugerencia, se debe regresar a la elección por el voto nominal de las listas de los partidos y no por plancha. El método Hond concentra y el método Webster amplía el abanico de elección. La falta de gobernabilidad también da lugar a los gobiernos de turnos, que se vean abocados a la compra de conciencias y al reparto de instituciones públicas para conseguir votos y lograr mayorías en la Asamblea. Ecuador siendo un país rico en minerales, acuacultura, agrícultura, es considerado un país con mucha pobreza por falta de una buena administración de sus recursos y por la pugna entre los poderes del Estado. (O)

Miguel Campos Arévalo, ingeniero, Guayaquil