En educación como en salud públicas los servicios son pésimos, lejos de garantizar calidad. Los políticos y funcionarios encuentran negocios en dichos servicios de prestación que se vuelven insostenibles por la corrupción. Muchos hospitales y escuelas están sin el necesario personal, insumos, tecnología.

Es momento que la sociedad debata sobre las competencias. Hay que derrumbar mentiras de los políticos de siempre, dicen preocuparse por el trabajador y por el más débil, pero al final del día, se preocupan de sus intereses políticos. (O)

Leonardo Paredes Narváez, Quito