El Sábado Santo recordamos los católicos el sufrimiento, la valentía, la confianza en Dios y en la resurrección, por parte de la Virgen María, que su vida fue amar y obedecer al Creador; y sufrió como ninguna madre sufrirá, por su Hijo; es la mayor intercesora ante Dios, por los hombres.

También recordamos al Señor en el sepulcro. Y en la noche, se celebra la gloria de Jesús resucitado, con vigilia, bendición del fuego, liturgias, renovaciones bautismales, rechazo a satanás, y la alegría de resurrección. (O)

María Sol Pérez, Guayaquil