Sorprende ver en la calle a las personas caminando sin la mascarilla. A nivel de todo estrato social, el que pide caridad ya que dice que vino de Venezuela con toda su familia, por tanto no tiene para comer; el que se baja del carro elegante con su pareja y entran a una cafetería luciendo las mascarillas, de collares; los que esperan colectivos en los paraderos de buses; las señoras cantantes de coros de los templos, que no usan mascarillas para que les escuchen sus timbres de voz.

A lo largo de la avenida Nueve de Octubre, calle Boyacá, Mapasingue, avenida Víctor Estrada (Urdesa), avenida San Jorge (ciudadela Kennedy), etc., los ciudadanos a pie, en trasportes, no usan o usan mal la mascarilla. Todos los días es desorden, irresponsabilidad. Porque ya están algunos ciudadanos vacunados contra el COVID-19, y porque como ya los canales de televisión no filman los cadáveres ni lo que hay en las Unidades de Cuidados Intensivos de las clínicas y los hospitales, dejaron las normas de seguridad para la salud, no existe autoridad que ponga orden por la pandemia. (O)

Santiago Garzón, Guayaquil