Estas movilizaciones del paro debían haberse evitado ya que solo llevan al caos y al incremento de la pobreza.

Si el reclamo fuera justo no deberían hacérselo solo al Poder Ejecutivo sino también a la Asamblea Nacional, en su gran mayoría conformada por asambleístas que representan a los pueblos indígenas y amazónicos. Gobierno, Asamblea y dirigencia indígena, siempre en las manifestaciones, en los paros, salen bien librados; mientras que el pueblo se enfrenta entre sí dejando como resultados la muerte de manifestantes, policías, militares, ciudadanos. Los pueblos indígenas, montuvios, caminan por semanas soportando frío, sol, hambre, sed, cansancio; cierran las vías, destruyen las principales metrópolis, dejan a los habitantes desabastecidos de alimentos, se enfrentan contra comerciantes, dueños de negocios, los obligan a cerrar, de lo contrario vándalos infiltrados saquean; destruyen las gobernaciones, alcaldías, empresas públicas, etc. La fuerza pública no está preparada para contrarrestar estos desmanes y para resguardar los edificios públicos como son Contraloría General del Estado, fiscalías, etc., donde reposa información sobre la corrupción de políticos y mafiosos que deben responder ante la justicia. (O)

José Yamil Reto Magallanes, ingeniero comercial, Guayaquil