En comunas del norte de Santa Elena es cada día más evidente la escasez de agua potable para alimento de las personas, para el aseo personal y de las viviendas, para las plantas. No llueve, lo cual merma el caudal de ríos y pozos se van secando, no pueden abastecer las necesidades en nuestra Península.

Varias comunas de la parroquia Manglaralto tuvieron que volver al pasado, conseguir tanques o recipientes, instalarlos en frente de sus casas en espera de que pase el carro tanquero para comprar varias latas con agua y llenar sus estanques, con el dinero que tengan. La escasez, o decir desabastecimiento de agua potable, es preocupante justo en meses de la temporada de invierno que reciben a turistas que llegan a bañarse a las playas, comer, tienen que desinfectarse las manos, sacarse el agua salada con agua dulce, etc., y asisten a las comunas. Siendo el agua indispensable en mayor cantidad en época de vacaciones y feriados (existe en abril durante la Semana Santa más turismo).

La Prefectura, Municipalidad y cabildos comunales deberían unir esfuerzo para brindar una solución. Es necesario que tomen acciones urgentes como bombardear nubes, fomentar la forestación, hacer publicidad para el buen uso del agua, no desperdiciar en los cantones donde tienen dicho servicio básico. Pueden madurar la idea de montar una planta desalinizadora de agua, dado que no es posible que comunas mueran de sed junto a la fuente, a los mares. El campamento minero de Ancón demostró con la planta de Mambra que es posible vivir con agua tomada del mar. Basta. Montan solo para las fotos ciertas estaciones de agua, para figurar. El agua es vida y las comunas compuestas por familias, niños, adultos, niños..., necesitan de este recurso, también por aseo durante la pandemia del coronavirus. (O)

Publicidad

Evelio Patricio Reyes Tipán, técnico agricultor,Santa Elena