Creo que a nadie le cabe la menor duda de que se cometieron los más ruines horrores en la implementación, modificación o anulación de leyes que condujeron al país a una completa corrupción administrativa, infiltración delincuencial en todos los estamentos de la sociedad civil, militares, gobierno, justicia.

¿Cómo salimos de esto, cuando a los muchachos les parece mejor ser sicarios que tener una profesión, sabiendo que nuestras leyes y los derechos humanos lo protegen porque son “seres humanos”, aunque secuestren, aunque maten bajo encargos?

¿Cómo vamos a salir de esto cuando sentencian a un policía por eliminar a dos delincuentes; cuando sentencian a un padre de familia por defenderse de un asesino que se metió en su hogar; cuando el delincuente sale libre al otro día que fue capturado traficando drogas; cuando envían al hogar al delincuente bajo arresto luego de robar millones, porque está enfermo o es viejo (mayor de 65 años)? Las leyes existentes que aprueban, protegen y encubren la destrucción de la sociedad bajo el lema de ‘el derecho a la resistencia social’. Estamos a las puertas de una anarquía total, de la cual no se saldrá sin aplicación de una mano absolutamente dura; si no se lo hace caeremos en manos extremistas. (O)

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David Ernesto Ricaurte Vélez, ingeniero mecánico, Guayaquil