Asambleístas se proponen tramitar, aprobar, una ley sobre el “cambio de género” (cambio de sexo). Al respecto, se les recuerda que el hombre y la mujer desde que nacen tienen 23 pares de cromosomas, él, XY, y ella, XX, esto define el sexo. Por tanto, por miles de cirugías que se hagan, por más hormonas que se apliquen, la estructura bioquímica (biológica del sexo) no cambia, permanece su genética, bien de hombre o de mujer. Lo que sí puede cambiar es su estructura fenotípica, es decir, su forma. Desde el punto de vista psicológico aquí sí puede cambiar, es decir, mentalmente creerse ser hombre o mujer, niño, niña, adulto o de la tercera edad… De allí que les sugiero a los “sabios” asambleístas ecuatorianos pensar bien en la utilización de la palabra “cambio de sexo”. ¿Legislan desde el punto genotípico o legislan desde el punto de vista del estado psicológico de la persona? (O)

Rafael R. Horna Zapata, doctor en Ciencias Biológicas, Latacunga