Manabí exige que autoridades con conocimiento de la materia y poder de decisión culminen obras inconclusas como el sistema de regadío Valle del río Portoviejo, el sistema de regadío Carrizal-Chone, obras complementarias del Proyecto Río Grande. Existiendo los estudios, con inversiones mínimas y en plazos perentorios, se pueden completar estos trabajo que redundarán en grandes beneficios para los agricultores y ganaderos de nuestra provincia marginada.

Sobre el caso de la Ley de Aguas, debe considerarse a Manabí, y a Guayas y Los Ríos como componentes de un proyecto único, porque son partes integrantes de la cuenca del río Guayas, para lo cual crear una institución técnica autónoma que asuma las responsabilidades que tenían las fenecidas Cedegé (Comisión de Estudios para la Cuenca del Desarrollo del río Guayas), CRM (Corporación Reguladora del Manejo Hídrico de Manabí) y Junta de Recursos Hidráulicos de Jipijapa y Paján, con proyectos globales que aprovechen los recursos abundantes de la cuenca, ejecutando las infraestructuras necesarias para utilizar todos los territorios que deben incorporarse a la producción de productos de consumo nacional y de exportación: café, cacao, banano, pitahaya, etc.

En la actualidad, Poza Honda es manejada por Senagua (Secretaría Nacional del Agua), La Esperanza, por el Consejo Provincial de Manabí; Río Grande, por la EPA (Empresa Pública del Agua); cada institución actúa a su arbitrio sin coordinación; peor se puede pensar en proyectos conjuntos. Esto tiene que terminar y Manabí lo pide: la culminación de los proyectos inconclusos y el nombramiento de una autoridad para manejar estos asuntos de envergadura para aprovechar las bondades de la cuenca del Guayas. Y para Esmeraldas, Santa Elena y El Oro deben proyectarse planes provinciales independientes. (O)

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Carlos A. Bernal Lange, ingeniero civil, Portoviejo