Oriana Fallaci en su libro Entrevista con la historia escribiría, “no consigo prescindir de la idea de que nuestra existencia dependa de unos pocos, de los hermosos sueños o de los caprichos de unos pocos…, en tal caso, ¿qué somos nosotros? Rebaños impotentes...”.

El presidente ha tenido oídos sordos ante la sugerencia de establecer mecanismos legales para eliminar la Constitución actual, artilugio bien elaborado pero con objetivos más bien oscuros; por su parte, los miembros del Congreso son fiel imagen de los peores efluvios de nuestros propios imaginarios políticos: oportunismo, ignorancia, soberbia, absoluta carencia de ética. Tampoco ha aceptado la posibilidad constitucional de modificación. Yo tampoco consigo prescindir de la idea de que nuestra existencia dependa de unos pocos, de los hermosos sueños o de los caprichos de la corrupción y la ignominia. Dice el dicho popular que quien no oye consejo no llega a viejo. Prefiero pensar que la justicia finalmente tendrá cabida en la política y que no tendremos jamás que llorar amargamente por nuestra timidez. (O)

Carlos Efraín Montúfar Salcedo, médico, Quito