Tenga en cuenta que “nos arropamos hasta donde alcance la cobija”, ahora la pregunta sería ¿por qué me debe preocupar la inflación? Es un tema ampliamente tratado a lo largo de cada año sin falta, sobre todo cuando la misma se eleva de forma agresiva. La inflación refiere al porcentaje en que suben los precios o bajan (cuando se la expresa de forma negativa).

En un mundo perfecto, si la inflación es de 10 %, espero que mi salario real aumente aquel 10 % en favor de comprar lo mismo que antes del aumento, caso contrario hasta mejorar mis ingresos debo sacrificar sobre lo que me afecta el aumento de inflación. Sin embargo, no existen mundos perfectos, solo perfectibles y si usted gana un salario básico, lo más seguro es que el aumento de este sea al inicio del siguiente año. Entonces, ¿debo esperar que la inflación sea negativa para que esté bien? Difícil respuesta que se la dejo para su análisis. Aunque le doy insumo para que tome en consideración. Hay varias razones de la inflación y una es la relación que tiene con el nivel de desempleo y crecimiento económico, la cual indica que a mayor inflación, es por una menor tasa de desempleo, pero esa disminución del desempleo equivale a un mayor crecimiento económico porque existen más individuos con el poder de compra, gracias a que están trabajando y a que consumen en una economía. Con el tiempo la inflación aumenta el costo de vida, y si la tasa de inflación es lo suficientemente alta perjudica a la economía. El aumento de los precios puede ser indicación de una economía que crece muy rápido, las personas compran más de lo que necesitan para evitar los precios más altos del mañana, lo que alimenta la demanda de bienes y servicios; las empresas que ofertan no pueden seguir el ritmo de la demanda. A veces es saludable la inflación, pero no tan alta ya que al saber que las cosas seguirán subiendo mañana, nos queremos anticipar comprando ahora y, de aquello, es que se impulsa el crecimiento económico. (O)

Elías Javier Cortez Zoleta, economista, Guayaquil