Escribo hastiado de tanta inmoralidad y corrupción en la mayoría de las entidades públicas, con ciertos funcionarios y servidores que hacen lo que está prohibido por la ley, escondidos en ciertos jueces, fiscales y fuero de corte. Hacen con la ley creada por este mismo organismo un saludo a la impunidad, porque vemos con impotencia que en la Función Legislativa, que debería dar ejemplo de cumplimiento, hace todo lo contrario.

Movimientos y partidos políticos en su gran mayoría, se nutren de gente con procesos judiciales por delincuencia, pandillas, tráfico, etc., y los candidatizan solo por ser ‘populares’ y harán que gente de su misma calaña les dé votos. Asambleístas crean leyes para las diferentes profesiones y ponen requisitos extremos para ocupar cargos de menor responsabilidad, pero ellos no tienen requisitos para sus funciones, allí también han ido personas que ni siquiera terminaron la instrucción primaria, no tienen idea de la responsabilidad que están adquiriendo. Dicen que no los pueden juzgar porque tienen inmunidad parlamentaria, sin considerar que el artículo 128 de la Constitución dice que la inmunidad es para los actos que estén encuadrado en sus funciones, pero hacen tumultos dentro del recinto legislativo ofendiendo y siguen campantes. ¡Hasta cuándo el Estado mantiene con los recursos del pueblo a ciertos que deberían estar en celda de máxima seguridad. Ya es hora de que para desempeñar un cargo público de mucha responsabilidad deben tener títulos de cuarto nivel, no tener abiertos procesos, y si los tienen no podrán ser candidatos a ninguna dignidad; y si los tienen en el ejercicio de sus cargos deberán salir con licencia sin sueldo durante 90 días; si sigue abierto el proceso, se los separa de sus cargos. El Estado tiene que realizar auditoría a las inscripciones de los partidos y movimientos políticos, muchos están inscritos con firmas falsificadas de afiliados y simpatizantes; deben informar por la prensa los nombres de los afiliados para que los ciudadanos tengamos conocimiento de a qué partido o movimiento nos han ‘afiliado’ sin nuestro consentimiento y hacer borrar nuestros nombres mal utilizados. (O)

Francisco René Alcívar Villegas, contador, vía a Daule